FUGA

Hasta el final de la Edad Media el término fuga fue ampliamente utilizado para describir las estructuras y obras canónicas, en el renacimiento servía para designar específicamente los trabajos basados en la imitación. No sería sino hasta el siglo XVII cuando el término fuga cobraría el significado que se mantiene en la actualidad, una forma ya definida.

En el barroco se destaca por su definición y se caracteriza por la unidad y coherencia armónicas en la polifónica y el contrapunto. Existen además otras formas de música contrapuntística, aparte de la gran variedad que nos ofrece Bach y Händel. En la Edad Media no se valoraba la armonía de igual forma que la melodía. En la época de Palestrina, el problema de la armonía se miraba desde un punto de vista distinto al de Bach. Pero la característica más importante de todas las formas de música contrapuntística es el interés independiente de las diferentes líneas melódicas en combinación unas con otras.

Esto ocasionó que muchos compositores encontrasen en la fuga el máximo exponente del razonamiento musical barroco.

Esta forma musical empieza presentando los temas conocidos como sujetos seguidos de los contrasujetos, se espera que el motivo aparezca en una imitación canónica.   

Escucha la  fuga en Dm de Bach BWV 565. 



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